Pilotar un automóvil de F1 es una hazaña apta para muy pocos. La factura del largometraje “F1” de unos 300 millones de euros es digna merecedora de una taquilla potente, por entretenida y por presentar a personajes realistas y bien delineados. La producción, a cargo del propio piloto 7 veces campeón del mundo, Lewis Hamilton, muestra los entresijos de los equipos de carreras de Fórmula 1, la importancia de los equipos mecánicos y cómo los pilotos deben lidiar con entrevistas, patrocinios, fama y fiestas mientras adoptan una actitud responsable y de concentración máxima en el trazado.
El largometraje se rodó en circuitos reales como Suzuka (Japón), Monza (Italia), Yas Marina (Abu Dabi) o Hungaroring (Hungría), donde las escuderías de F1 reales compartieron carreras con la escudería ficticia APXGP, que rodaba justo detrás en carreras reales.
Brad Pitt, en el papel de un ex piloto con mucho a sus espaldas, junto a un Javier Bardem casi tan protagonista como él, también ex piloto y dueño de una escudería al borde de la quiebra, forman un tándem amistoso con experiencia previa dentro de los autódromos. Es un vínculo fuerte que traspasa la pantalla, definido por la lealtad y la camaradería. Completan el reparto principal Damson Idris como compañero y promesa de la escudería y Kerry Condon como directora técnica del equipo e interés amoroso del personaje de Pitt.
Brad Pitt contó con el apoyo de especialistas para algunas escenas, en otras él mismo condujo un modelo de coche adaptado de F2 construido por Mercedes-AMG Petronas, llegando a rodar a más de 300 km por hora. Todo ello con el asesoramiento, la experiencia y la sabiduría de Lewis Hamilton como productor. Los productores son “quienes mandan” en las películas, ya lo dijo el actor Jean Reno con respecto a Tom Cruise en la saga de Misión Imposible. Son los jefazos que toman el grueso de decisiones relevantes en el largometraje.
Los pilotos requieren ejercicio físico intensivo para mantenerse en forma y conducir en un cubículo muy pequeño. Por cierto, hay que dar un número de vueltas concreto en cada circuito automovilístico de F1 en función de su diseño, siendo el circuito de Bélgica el más conservador en este sentido, con 44 vueltas. En contraste, se lleva la palma el circuito de Mónaco, que además de sinuoso y estrecho, requiere 78 vueltas para llegar a recorrer la distancia reglamentaria de 305 km.
Las estrategias de las escuderías hacen acto de presencia en una película apoteósica, recomendable para los fans de la Fórmula 1, los adictos a la adrenalina y aquellos que quieran vivir muy de cerca y en pantalla grande la sensación de un pilotaje en primera persona.
Los neumáticos huelen a quemado en una historia donde el verdadero protagonista es un deporte emocionante y reglado, sabemos en parte lo que vamos a ver, eso sí, en esta “carrera” de 155 minutos compiten los egos, el glamur y el carisma.
La edad no es impedimento, la experiencia es un grado, las segundas oportunidades existen y nunca es tarde para conseguir un objetivo personal. Son algunas de las enseñanzas de este proyecto cinematográfico bastante recomendable. Porque aunque posteriormente llegue a las plataformas, no se sentirá igual. Pero sobre todo, insinúa sin explicar que las razones que motivan a una persona a actuar de una manera pueden influir en su resultado.
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“F1”. TMBD |
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