¿Por qué necesita Europa el Tratado de Lisboa?
La Unión Europea (UE) de 27 miembros ha estado funcionando con reglas diseñadas para una UE de 15 Estados miembros. Para aprovechar todo su potencial, la Unión Europea necesitaba modernizarse y reformarse.
Al mismo tiempo, cada vez hay más apoyo a que la UE trabaje de forma unitaria en cuestiones que nos afectan a todos, como el cambio climático, la seguridad energética y el terrorismo internacional. Dado que la UE ha crecido y sus responsabilidades han cambiado, es razonable adaptar el marco en que opera para conseguir que la UE tenga los medios para hacer frente a los desafíos de hoy y de mañana.
En concreto, el Tratado de Lisboa hará más eficiente la toma de decisiones, favorecerá el aumento de la rendición de cuentas democrática, asociando al Parlamento Europeo y los Parlamentos nacionales y dará mayor coherencia a la presencia de la UE en el exterior. Todas estas mejoras proporcionarán a la UE los instrumentos necesarios para defender mejor los intereses de sus ciudadanos en su vida cotidiana.
10 ejemplos de los beneficios para los ciudadanos europeos
El derecho de los ciudadanos a hacer una petición a la Comisión para que esta lleve adelante una nueva iniciativa (“iniciativa ciudadana europea").
Mejor protección de los ciudadanos mediante el nuevo “status” dado a la Carta de los derechos fundamentales.
La protección diplomática y consular para todos los ciudadanos de la UE en sus desplazamientos y en su vida en el extranjero.
La asistencia mutua en caso de desastres naturales o provocados por el hombre, como las inundaciones y los incendios forestales.
Nuevas posibilidades para afrontar a los efectos transfronterizos de la política energética, la protección civil y la lucha contra las amenazas transfronterizas graves para la salud.
La acción común para el control de las bandas criminales que trafican con personas a través de las fronteras.
Normas comunes para evitar la “compra” de asilo, en los casos en los que se realizan varias peticiones en los diferentes Estados miembros.
La lucha contra el terrorismo mediante la congelación de activos, ya que el Tribunal Europeo de Justicia ya se ha manifestado sobre la legalidad de esta medida.
Un enfoque más democrático en la toma de decisiones de la UE (reforzando el papel del Parlamento Europeo y de los Parlamentos nacionales).
La capacidad para proporcionar ayuda financiera urgente a terceros países.
Resumen: ¿En qué consiste el Tratado de Lisboa?
El 1 de diciembre de 2009, tras años de negociación sobre cuestiones institucionales, entró en vigor el Tratado de Lisboa.
El nuevo texto modifica los actuales Tratados de la UE y la CE, pero no los sustituye. El nuevo Tratado brinda a la Unión el marco y los instrumentos jurídicos necesarios para afrontar los retos del futuro y responder a las expectativas de los ciudadanos.
1. Una Europa más democrática y transparente: el Parlamento Europeo y los Parlamentos nacionales tienen mayor protagonismo, hay más oportunidades para que los ciudadanos hagan oír su voz y es más fácil saber cómo se reparten las tareas entre la Unión y los países miembros.
Mayor protagonismo del Parlamento Europeo: el Parlamento Europeo, directamente elegido por los ciudadanos de la Unión, estrena nuevas competencias sobre legislación, presupuesto y firma de acuerdos internacionales por la UE. Cabe destacar el mayor recurso al procedimiento de codecisión, pues coloca al Parlamento Europeo en pie de igualdad con el Consejo, que representa a los Estados miembros, para la mayor parte de la legislación de la UE.
Mayor participación de los Parlamentos nacionales: los Parlamentos nacionales pueden participar más en las labores de la UE gracias, en particular, a un nuevo mecanismo que garantiza que la Unión sólo actúe cuando resulte más eficaz (subsidiariedad). Esta novedad, unida al mayor protagonismo del Parlamento Europeo, acrecenta la democracia y la legitimidad de las actuaciones de la Unión.
A la escucha de los ciudadanos: gracias a la "iniciativa ciudadana", un grupo de al menos un millón de ciudadanos de un número significativo de Estados miembros puede pedir a la Comisión que haga propuestas de legislación.
Reparto de tareas: la relación entre los Estados miembros y Unión Europea queda más perfilada gracias a una clasificación precisa de las competencias de cada cual.
Retirada de la Unión: el Tratado de Lisboa prevé explícitamente por primera vez la posibilidad de que un Estado miembro se retire de la Unión.
2. Una Europa más eficaz, con métodos de trabajo y votación simplificados, instituciones modernas y adaptadas a la Unión de los Veintisiete y más capacidad para actuar en los ámbitos prioritarios para la UE de hoy.
Eficacia en la toma de decisiones: la aprobación por mayoría cualificada en el Consejo se amplía a otras políticas, con el fin de agilizar las decisiones e incrementar su eficacia. A partir de 2014 la mayoría cualificada obedecerá al principio de doble mayoría (mayoría de los Estados miembros y de la población), que refleja la doble legitimidad de la Unión. La doble mayoría se alcanzará cuando los votos favorables representen, como mínimo, el 55% de los Estados miembros y el 65% de la población.
Un marco institucional más estable y racionalizado: el Tratado de Lisboa crea el cargo de Presidente del Consejo Europeo elegido por dos años y medio, vincula directamente la elección del Presidente de la Comisión a los resultados de las elecciones europeas, prevé nuevas disposiciones relativas a la futura composición del Parlamento Europeo e introduce normas más claras sobre las cooperaciones reforzadas y los aspectos financieros.
Mejorar la vida de los europeos: el Tratado de Lisboa mejora la capacidad de la UE para abordar cuestiones que hoy día son prioritarias para la Unión y sus ciudadanos. Es el caso de la actuación en el campo de la justicia, la libertad y la seguridad, ya sea para luchar contra el terrorismo o combatir la delincuencia. Lo mismo ocurre, en cierta medida, con otros campos como política energética, salud pública, protección civil, cambio climático, servicios de interés general, investigación, política espacial, cohesión territorial, política comercial, ayuda humanitaria, deporte, turismo y cooperación administrativa.
3. Una Europa de derechos y valores, libertad, solidaridad y seguridad, que potencie los valores de la Unión, conceda rango de Derecho primario a la Carta de los Derechos Fundamentales, establezca nuevos mecanismos de solidaridad y garantice una mejor protección a sus ciudadanos.
Valores democráticos: el Tratado de Lisboa especifica y consolida los valores y objetivos sobre los que se basa la Unión. Dichos valores constituyen un punto de referencia para los ciudadanos europeos y representan lo que Europa puede ofrecer a sus socios de todo el mundo.
Derechos de los ciudadanos y Carta de los Derechos Fundamentales: el Tratado de Lisboa conserva los derechos ya existentes e introduce otros nuevos. En particular, garantiza las libertades y los principios enunciados en la Carta de los Derechos Fundamentales, cuyas disposiciones pasan a ser jurídicamente vinculantes. La Carta contiene derechos civiles, políticos, económicos y sociales.
Libertad de los ciudadanos europeos: el Tratado de Lisboa conserva y consolida las "cuatro libertades" y la libertad política, económica y social de los ciudadanos europeos.
Solidaridad entre los Estados miembros: el Tratado de Lisboa establece que la Unión y los Estados miembros actúan conjuntamente con espíritu de solidaridad si un Estado miembro es objeto de un ataque terrorista o víctima de una catástrofe natural o de origen humano. También se hace hincapié en la solidaridad en el sector de la energía.
Mayor seguridad para todos: la Unión tiene más capacidad de actuación en el campo de la justicia, la libertad y la seguridad, lo que redunda en beneficio de la lucha contra la delincuencia y el terrorismo. Las nuevas disposiciones sobre protección civil, ayuda humanitaria y salud pública también pretenden impulsar la capacidad de la UE para enfrentarse a las amenazas contra la seguridad de los ciudadanos europeos.
4. Hacer de Europa un actor en la escena global combinando los instrumentos con que cuenta la política exterior europea a la hora de elaborar y aprobar nuevas políticas. Gracias al Tratado de Lisboa, Europa está en condiciones de expresarse con más claridad ante sus socios internacionales. Se ponen en juego todas las capacidades económicas, humanitarias, políticas y diplomáticas de Europa para fomentar sus intereses y valores en todo el mundo, respetando los intereses particulares de los Estados miembros en el marco de las relaciones exteriores.
La figura del Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad —que también es Vicepresidente de la Comisión— da mayor peso, coherencia y visibilidad a la actuación exterior de la UE.
El nuevo Servicio Europeo de Acción Exterior asiste al Alto Representante en el desempeño de sus funciones.
La personalidad jurídica única de la Unión fortifica su poder de negociación, convirtiéndola en un actor más eficaz a escala internacional y un socio más visible para otros países y organizaciones internacionales.
El desarrollo de la Política Europea de Seguridad y Defensa conserva un sistema especial de toma de decisiones. Sin embargo, también prepara el terreno para la cooperación reforzada de un grupo más reducido de Estados miembros.
¿Cómo afecta a...Cambio climático y energía?
¿El Tratado mantiene los logros en el área del medio ambiente? ¿Qué pasa con el cambio climático?
Sí, totalmente. El Tratado establece que uno de los objetivos de la Unión es trabajar por el desarrollo sostenible de Europa basado, en particular, en un nivel elevado de protección y mejora de la calidad del medio ambiente. Aunque la idea de desarrollo sostenible no estuvo ausente de los Tratados en vigor, el Tratado de Lisboa refuerza y define mejor este objetivo. El desarrollo sostenible también se confirma como uno de los objetivos fundamentales de la Unión en sus relaciones con el resto del mundo.
El medio ambiente es uno de los ámbitos de competencia compartida entre la Unión y los Estados miembros (el concepto de competencia compartida se explica en la sección 3). Cuando la Unión interviene en este ámbito, debe contribuir a la consecución de unos objetivos claros: preservar, proteger y mejorar la calidad del medio ambiente, proteger la salud humana, promover utilización prudente y racional de los recursos naturales, promover medidas a escala internacional para hacer frente a los problemas ambientales regionales o mundiales.
También se ha añadido una referencia a la necesidad de luchar contra el cambio climático a nivel internacional. Esta es la primera vez que se hace referencia explícita al cambio climático en los Tratados.
¿Qué cambios en energía?
La energía está incluida actualmente en los tratados como competencia de la UE por derecho propio. La nueva política energética tiene como objetivo garantizar el funcionamiento del mercado de la energía, la seguridad del abastecimiento, la promoción de la eficiencia energética y el ahorro de energía, la promoción del desarrollo de formas nuevas y renovables de energía y la promoción de la interconexión de las redes de energía.
El nuevo artículo del Tratado no afectará a la decisión de los Estados miembros de elegir entre diferentes fuentes de energía ni de decidir la estructura general de su abastecimiento energético. Las medidas para lograr estos objetivos pueden ser acordadas a través del habitual procedimiento de codecisión, excepto cuando las medidas sean de carácter principalmente económico, en cuyo caso se aplica un procedimiento diferente que requiere la unanimidad en el Consejo y sólo la consulta del PE.
Una copia del Tratado de Lisboa se puede encontrar en: http://europa.eu/lisbon_treaty
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