Un robot diseñado por ingenieros chinos ha conseguido adentrarse en 2021 en la fosa de las Marianas, el punto más profundo de la Tierra, descendiendo a casi 11.000 metros. El autómata tiene forma de pez caracol y está compuesto por dos aletas fabricadas con materiales blandos. Este "falso pez" ha explorado el "agujero negro" más indescifrable del mundo oceánico, unido a un submarino. Una vez más (y han sido menos de una docena), el ser humano trata de sondear este casi ignoto lugar.
La importancia de este hallazgo no sólo reside en la capacidad del robot para navegar por un lugar al que el ser humano apenas ha podido llegar. También será plausible disponer de una herramienta para medir la polución. Por ello, desde un punto de vista ambiental es alentador contar con un artilugio capaz de recoger información útil en un entorno que paradójicamente, y a pesar de ser tan inexplorado, alberga plástico.¿Queréis visitar como turistas la fosa de las Marianas? EYOS Expeditions y Caladan Oceanic se han unido para llevar a tres turistas al fondo del abismo de Challenger, el punto más profundo de la Tierra. El precio es de 750.000 dólares aproximadamente, una aventura al alcance de pocos; aunque la pasión que puede despertar ese periplo es comprensible.
La literatura también ha hecho alusión a este emplazamiento. El libro titulado "Meg: la fosa" (traducción del original "The Trench") narra cómo un megalodón de dimensiones enormes se refugia en la fosa de las Marianas, esperando a un cebo humano. Fue publicado en 2009 y pertenece al género de "acción y aventuras".
Imaginad qué especies insólitas y extraordinarias habrá en aquel lugar. Esta sima con forma de media luna ubicada en el Océano Pacífico alberga seres vivos, aunque parezca imposible. Es difícil de creer porque allí la presión es de más de mil atmósferas, la temperatura media de cuatro grados centígrados y la oscuridad impera, escondiendo ejemplares raros y poco comunes para cualquier océano terrestre. Esto es así porque los animales que allí habitan han tenido que adaptar sus sentidos a las condiciones físicas de aquel lugar.
Por ejemplo, el pez duende, el tiburón duende, el pez dragón, el pez fantasma, el pepino de mar, el xenofióforo...y uno de los más aterradores de aspecto, el demonio marino. Se cree que hay 750.000 especies marinas que no han sido formalmente catalogadas por la ciencia.
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