La robótica es una ciencia creativa, transformadora y futurista. No se trata sólo de máquinas robóticas, en Grecia ya había autómatas mecánicos que han evolucionado hasta la actualidad. Existen robots humanoides recepcionistas en hoteles de Japón, chatbots, drones, aspiradoras como la roomba o campeonatos de fútbol de robots. De eso trata en parte el largometraje “Five Nights at Freddy’s 2”, de animotrónicos, robots con forma de animales, que se comportan de forma maquivélica, debido a un motivo oscuro que se descubre en la primera película de la saga, basada en unos videojuegos con adeptos.
Si no has visto la primera película, ves la segunda con la sensación de que te pierdes detalles, e incluso alguna idea fundamental que no descubres hasta casi acabado el largometraje, por lo que no haber visto la primera puede ser un poco problemático.
Como película de miedo, hay momentos de cierta tensión, aunque no es la
más tensa que he visto, quizá el hecho de que el peligro proceda de unos robots con forma de animales de peluche que se mueven con cierta torpeza, suaviza el terror de la historia. La directora es Emma Tammi y los recursos que emplea para provocar miedo en el espectador son clásicos, no pretende ser original, creativa o enrevesada, es como volver 40 años atrás a los años 80 y hacer un largometraje de terror con movimientos de cámara, salvo por alguna escena más explícita.
El largometraje es contemporáneo, habla de robótica, pero también está rodado desde una perspectiva vintage en la forma de dar sustos que le aporta cierto encanto. Está muy orientada a los fans de la primera película y a los videojuegos, en mi sesión la sala de butacas estaba repleta de adolescentes deseando verla, y al final hubo aplausos.
La robótica, los elementos de terror mezclado con los infantiles y los protagonistas y secundarios famosos, como Josh Hutcherson, Mckenna Grace y Megan Fox son reclamos de esta película.

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