Un grupo de antihéroes con historias personales intrincadas se encuentran en una situación súbita. ¿Cómo se zafan de ella? Trabajando en equipo. Ese es el germen de “Thunderbolts*” (sí, con asterisco, la explicación se encuentra en el largometraje).
Los principales intérpretes son Florence Pugh como Yelena Belova, alias “la Viuda Negra”, Sebastian Stan como Bucky Barnes, alias “el Soldado del Invierno”, Wyatt Russell como John Walker, alias “el Agente de los Estados Unidos”, David Harbour como Alexei Shostakov, alias “el Guardián Rojo” y Hannah John-Kamen como Fantasma. También tiene un papel Olga Kurylenko.
Florence Pugh comenzó a ser célebre tras interpretar a Amy, la pequeña de la familia March en “Mujercitas”, y partir de ahí ha diversificado sus trabajos en una carrera aún yogurina por lo joven que es pero con potencial, en la que ha ido enlazando papeles en Viuda Negra (2021), Oppenheimer (2023) y Dune: Parte Dos (2024).
El director, Jake Schreier, dirige con buena mano las escenas de acción, con unos protagonistas que “no son súper. No son héroes. No se rinden”. La escena inicial de Florence haciendo salto base desde lo alto de un edificio; el momento del grupo trepando por la tubería gigante para llegar a la superficie; y las persecuciones en coche son lo suficientemente trepidantes.
Marvel ha sabido rentabilizar una franquicia, no solo con las películas de “Los Vengadores”, sino también mediante crossovers, en los que presentan un protagonista y personajes transversales que terminan siendo protagonistas de sus propias franquicias. Por ejemplo, el Soldado de Invierno ha participado en “Capitán América: El Primer Vengador”, pasando por “Capitán América: El Soldado del Invierno” y “Avengers: Infinity War”.
“Thunderbolts*” cuenta con momentos divertidos, explosiones, acción y resulta entretenida, incluso metafórica, sobre todo hacia el final. Probablemente, de todas las películas de Avengers no sea la más cómica, la más carismática, la que más acción rebosa, la más tierna, ni la más épica, pero tiene un poco de todo, es equilibrada en los subgéneros.
“Thunderbolts*” tiene algo muy propio y es que los personajes no pretenden ser héroes, por el contrario, son antihéroes y cada cierto rato el metraje te lo recuerda como espectador con flashbacks, detalles y diálogos quejumbrosos. La humanidad les define.
La banda sonora está compuesta por el grupo Son Lux que se caracteriza por emplear una amplia gama de sonidos experimentales, y mezclar música electrónica con clásica o post-rock, con toques dramáticos. Logran crear una atmósfera cinematográfica ad hoc.
Atención al asterisco del título y a las escenas extra especiales tras los créditos finales. Repito, hay que quedarse hasta el final, porque hay una pequeña sorpresa. El evento fan organizado por #los40Madrid y Kinépolis nos ha permitido ver “Thunderbolts*” en pase especial antes de su estreno y tras la proyeccción y los post-créditos ha habido un arranque de aplausos emocionados que me han recordado mucho a Star Wars: El despertar de la fuerza (2015).
Puede que a partir de ahora empiece una nueva era. O puede que en realidad nunca haya finalizado, ya que siempre habrá algún héroe (o antihéroe) dispuesto a defender a su ciudad de los villanos. El largometraje ha recibido bastante publicidad, a través de los trailers en los cines, en eventos masivos como la Super Bowl 2025 o en app de citas como Tinder.
Como valoración global, trata de ser tan equilibrada que al final queda una ensalada con un aliño más bien suave. Hay elementos humanos en casi todo: la villana es humana, los avengers son humanos y más allá de la trama típica del súpervillano que trata de destruir físicamente la ciudad hay una interesantísima alusión a la parte mental. Sólo por eso merece buena nota en un conjunto armónico.
Los cuatro principales películas de Avengers son: Los Vengadores (2012), Vengadores: La era de Ultrón (2015), Vengadores: Infinity War (2018) y Vengadores: Endgame (2019).
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