Liam Neeson comparte letras en su nombre y apellido con Leslie Nielsen, una simetría léxica parcial, un nexo de unión curioso entre dos intérpretes destinados a ser padre e hijo en la gran pantalla con más de 30 años de diferencia. La trilogía de Nielsen interpretando a Frank Debrin es heredada por su retoño peliculero, Liam Neeson (Frank Debrin Jr.). El creador Seth McFarlane le ha definido como “probablemente el único actor del siglo XXI capaz de hacer lo que Nielsen hizo”.
El humor slapstick da un “do de pecho” con un puñado de gags cómicos exagerados en varias escenas que rozan lo ridículo, lo torpe, lo infantil y lo escatológico, y que son auténticamente divertidas, de las que arrancan una carcajada seca y sonora. Se trata de una sucesión de chistes cada cinco segundos en una historia que combina acción, humor, romance y thriller, pero en un tono sumamente paródico.
Este trabajo rinde un homenaje y reconocimiento al trabajo de Leslie Nielsen y sus compañeros de reparto en la trilogía original. Los intérpretes principales son Liam Neeson (Fran Drebin Jr.), Pamela Anderson (Beth Davenport), Paul Walter Hauser (Ed Hocken Jr.) y Danny Houston (Ricard Cane).
Pamela Anderson llamando a Liam Neeson “señoro” es una de mis partes favoritas. La química en pantalla de la pareja Neeson-Anderson ha sido tanta que no sólo son compañeros de rodaje bien avenidos, por lo visto también comparten vínculo sentimental fuera de la pantalla.
La música tiene bastante importancia en este largometraje, que incluye piezas de jazz. El compositor es Lorne Balfe, el mismo que compuso la música en la película “Hallow Road”. Incluye piezas de pop ochentero, hip-hop, new age y alguna balada. La música es una de las categorías más relevantes, en otras películas es somera o prácticamente inexistente, no así en este largometraje.
La ambientación nocturna resulta hipnótica, las escenas en el club de Richard Cane conllevan intrínseca una elegancia y un aire clásico, nada que ver con el típico ruidoso club nocturno discotequero, allí la música predominante es el jazz clásico y moderno. Hay otro aspecto bastante destacado que son los exteriores e interiores que muestran acantilados o entornos tecnológicos y los planos cenitales, que aportan una vista aérea “de pájaro”.
Hay una escena en los últimos 20 minutos de película en la que Neeson aparece agarrado a un búho mientras sobrevuela la ciudad de Los Ángeles, sede de otras películas policíacas como “Superdetective en Hollywood” y “Arma letal”. El vuelo con el búho me ha recordado bastante a Hedwig, la lechuza de Harry Potter, uno de los magos más famosos del cine.
Si queréis divertiros, os recomiendo este largometraje. Reconozco que aún siendo una de mis opciones cinematográficas veraniegas, me daba cierta pereza verla, pero de las comedias que he visto últimamente, es probablemente la que más carcajadas genuinas me ha provocado.
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