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¿Se puede tener claro el futuro a los 17 años? Las dudas nos asaltan a esa edad, cuando tenemos que elegir si estudiaremos una carrera universitaria, Formación Profesional, nos dedicaremos a trabajar o a otros menesteres. De eso trata “Los Domingos”, de una adolescente casi mayor de edad que siente la llamada para hacerse monja de clausura y convivir en un convento de la orden de las betinas. Ainara (Blanca Soroa) comunica a su familia que quiere pasar más tiempo con las religiosas, las reacciones familiares no se hacen esperar.
Alauda Ruiz de Azúa es la directora de este largometraje que rodó tras escuchar años atrás una historia sobre una chica joven que quería entrar en un convento de clausura, y a quien la historia le impactó tanto, que decidió convertirla en película años más tarde.
Patricia López Arnaiz es una actriz que dinamiza mucho la película, se desenvuelve con total naturalidad delante de una cámara, mi predicción es que ganará premios en próximos festivales. Junto a ella, Miguel Garcés también sobresale en su actuación de padre aceptante, mientras que Blanca hace gala de una naturalidad inocente. El rodaje se llevó a cabo en varias localizaciones del País Vasco.
Las vocaciones fuertes pueden hacer que una persona vire el rumbo de su vida en un periodo de tiempo relativamente breve. Al menos, esa idea queda perfectamente reflejada en esta película.
Desde el punto de vista ateo, se plantean cuestiones como por ejemplo, el vínculo excesivamente estrecho que se desarrolla entre la futura postulante y sus guías religiosos, o la duda sobre si la Iglesia puede llegar a actuar de manera sectaria en su forma de reclutar candidatos.
Desde el punto de vista religioso, se sugieren algunas implicaciones de convertirse en monja, como la dedicación a una vida ordenada, recogida, donde el objetivo es servir a algo más grande que uno mismo, y hacerlo en base a unos votos religiosos.
Las canciones religiosas son parte de la banda sonora de “Los domingos”. Están compuestas por David Cerrejón, e incluyen fundamentalmente un estilo coral y litúrgico.
La intención de esta película honesta y transparente no parece moralista, presenta dos opciones sin decantarse por una, valorando los pros y los contras de cada una de ellas. La decisión de tomar un camino u otro depende de cada uno.
Las dudas sobre el futuro académico-laboral, las creencias personales, la vocación y las desavenencias familiares son temas que se tratan en esta película que ha ganado la Concha de Oro en la 73 edición del Festival de San Sebastián y promete recolectar más premios en otros festivales, con vistas a los Goya, que tendrán lugar previsiblemente el próximo febrero de 2026.
Sección Oficial
Festival de Cine de San Sebastián
Donostia Zinemaldia
73 SSIFF
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