Hace apenas un par de semanas, se realizó el cambio de hora que nos permitió dormir una hora más. La transición del denominado “horario de verano” al "horario de invierno" se produjo en la madrugada del pasado 25 de octubre, cuando se atrasaron los relojes una hora. Desde un punto de vista estrictamente ambiental, el propósito de este gesto es el ahorro. ¿Es realmente una medida efectiva?
Viñeta (autor: Gatoto)
Estudios realizados en distintos países arrojan conclusiones ambivalentes. Por ejemplo, el Ministerio de Industria en España calcula un ahorro de 300 millones de euros anuales. Por el contrario, en Estados Unidos se realizó un estudio un par de años después de comenzar a realizar el cambio de hora de verano y, de acuerdo a los resultados, el aumento energético en los hogares aumentó un 1 %. ¿Quién tiene razón?
La Comisión Europea reconoce que llevó a cabo una encuesta entre 13 Estados miembros y la respuesta predominante fue que el horario de verano suponía un pequeño descenso en el consumo de energía. Till Roenneberg, un cronobiólogo de la Universidad Ludwig-Maximilians de Munich, Alemania, ha afirmado, con respecto al cambio de hora, que "la consecuencia de ello es que la mayoría de la población disminuirá drásticamente la productividad, disminuye también calidad de vida, aumenta la susceptibilidad a enfermedad y uno siempre se encuentra cansado".
El cambio horario se aplica unos 70 países en todo el mundo. En Europa viene determinado por una Directiva comunitaria que se comenzó a aplicar preceptivamente desde 1981. Posteriormente, se decidió que el último domingo de marzo y de octubre se pasaría de un sistema horario a otro con carácter permanente.
Los estudios acerca de este tema son variados y los expertos tienen opiniones diversas, pero no hay una resolución concluyente. Hay matices añaden un componente de duda. Las costumbres culturales en función del país también influyen en el resultado, además de la localización geográfica, e incluso la evolución tecnológica. La respuesta no está clara, aunque al menos nos recuerda que podemos adoptar medidas para fomentar el ahorro, y no sólo a nivel macroeconómico, sino también en cada hogar e individualmente.
¡Hola, soy de Universo de A! (https://universodea.wordpress.com/) he visto que has dejado un comentario en mi ficha de la Blogoteca, ¡y he vuelto a devolverte la visita y conocerte también!.
ResponderEliminarLa verdad es que, respecto a lo que comentas en el post, yo siempre me tragué la versión oficial de que se ahorra energía, pero tal y como apuntas en otro párrafo, está claro que se gasta por otras partes... sin mencionar que, quieras que sí quieras que no, como también comentas, efectivamente supone un trastorno, ¡y menos mal que suele coincidir en fin de semana!, ¡si no siempre llegaríamos tarde!. La verdad es que parece una temática compleja....
En fin, ya que mi blog te pareció tan personal e interesante, ¿alguna posibilidad de que me des tu voto?; si ya lo has gastado o lo que sea, no importa, si quieres podemos seguirnos mutuamente e iniciar un fructífero intercambio de comentarios.
En fin, suceda lo que suceda, ¡felicidades por tu labor bloguera!
Hola Universo,
ResponderEliminarle di 5 estrellas a tu blog. Considero que refleja evolución, he visto que tienes entradas desde 2006, y tiene mucho trabajo. La constancia merece un premio, y el diseño y las entradas que he leído también me gustan. Tras leer tu entrada sobre el Teatro Real, me apetece ir un día, aunque ya que llevo tiempo con esa idea. Enhorabuena por tu blog. El voto ya lo tienes.